Las vacaciones de verano se acaban tras unas semanas en Suecia y en el sur de Francia con el reencuentro con amigos y algunos buceos, pero sobre todo la reunión de Vilás en Barcelona como va siendo costumbre. Paro en casa de mi primavera, Lili Vilá, es así como llamo a mi prima. En su casa coincidí por dos días con mis primos Hugo y Curry, uno que vino de La Habana y el otro de Miami. Las familias cubanas andamos por el mundo dispersas y cada medio decenio nos vemos, si tenemos suerte. Curry se mantiene en su línea de la comida sana (bueno, de hecho Lili y Hugo también, pero eso de las algas viene por el mayor de los Vilá). Me toca un poco la moral que por solo unos meses sea el mayor.
Era hora de contar con algo tipo vegano en este blog y éste plato bien podría ser el comienzo de un menú de degustación de cualquier restaurante, como el 7 días en Miramar, La Habana, Cuba – un lugar de La Habana en el que se puede comer con unas puestas de sol únicas y un producto marinero con propios toques.
100 g de algas secas (wakame, kombu, gigartina roja)
200 g de zanahoria
200 g de calabaza
200 g de papa
200 g de boniato
2 dientes de ajo
20 g de brotes de soja
unas hojas de cilantro
1 cebolla mediana
eneldo seco
pimienta blanca fresca molida
sal
Colocar una cazuela con agua al fuego. Cuando rompa a hervir, cocer las algas por espacio de cuatro minutos para luego retirarlas del agua. Reservar el caldo tipo fumé* para seguir con la cocción de todas las verduras (bien cortadas previamente en brunoise) con el eneldo, pimienta blanca y sal a gusto.
Servir con las algas en el centro rodeadas de verduras para luego adicionar el caldo. Por último colocar los brotes de soja crudos y las hojas de cilantro.
Como colofón yo he realizado un espiral de yuca, frita en aceite de oliva, de forma optativa.
*caldo de un sabor determinado