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Frituras de bacalao

13 Jul

Frituras de bacalao

Nunca cocinaconconcuba había tenido una pausa tan prolongada como ésta última. La causa se debe a  la visita de la autora de mis días, mi hermano George y mi sobrino Douglas. Como era de esperar, los días estuvieron más dedicados al reencuentro familiar que otros menesteres. Sucede que mi hermano no ha dejado de ser el aventurero que siempre fue: con solo dos semanas en Estocolmo se escapó dos días a Noruega, tierra con la que siempre soñó por tema de la Kon-Tiki. En su visita a Noruega fue recibido por una gran amiga de mi madre, Reglita, que nos envió bacalao como Dios manda: salado y de primera calidad. Por mi mente pasaron miles de ideas, algo como el Bacalao con miel que hice en España, Aporreado de Bacalao con Boniato, darle la vuelta a la famosa brandada de Bacalao catalana… pero las frituras se impusieron. Los dejo – gracias a Regla – con unas frituras. En un futuro trabajaré con más bacalao, que pudiera ser hasta con pan, como decía Iraquere. Que tengan todos un buen verano, sean felices y coman bacalao.

 

250g de bacalao salado

2 huevos

100g de harina de trigo

2 dientes de ajo

1 cucharadita de polvo de hornear

1 ramillete de perejil

0,5L de aceite de girasol o colza

 

Poner a desalar el bacalao en agua fría por espacio de 12 horas. Suelo cambiarle el agua una vez, retirar y escurrirlo bien para luego desmenuzarlo en hilachas bien finas.

Tamizar la harina, agregarle el polvo de hornear, los huevos previamente batidos y adicionarle 100ml de agua bien fria, batiéndolo bien. Adicionarle los dientes de ajo previamente cortados bien finos y el bacalao bien exprimido. Por último añadir el ramillete de perejil muy bien cortado, removerlo todo y calentar el aceite en una sartén grande. Freírlas con la ayuda de unas cucharas, dándoles forma y retirarlas con una espumadera situándolas sobre papel absorbente.

Lomo de bacalao, reducción de vino seco con sofrito y boniato confitado

15 Mar

Lomo de bacalao con reducción de vino seco y boniato confitado

Uno de nuestros platos tradicionales es el aporreado de bacalao con boniato hervido. Las pencas de bacalao salado que recibían los esclavos con el boniato salcochado desembocaron en este plato y otros más. Como cambian los tiempos, el bacalao tiene un precio casi prohibitivo y el boniato es más caro que una zanahoria o una papa. He querido darle a éste plato unos toques algo más gourmet, manteniendo ingrededientes de su receta inicial. Utilizo la técnica de confitar por primera vez en el blog, algo que va un poco con la cocina más profesional y no tan doméstica, por darle una vuelta de rosca a la forma de consumir el boniato. De igual forma utilizo el sofrito como salsa, con la idea de mantener sabores de la receta original.

 

720g de lomo de bacalao fresco (porciones de 180g)

400g de boniato

0,5 L de aceite de oliva

4 dientes de ajo

50g de harina de trigo

1 ramillete de tomillo seco

1 hoja de laurel

8 granos de pimienta negra

(Ingredientes para el sofrito: mirar la receta en el apartado Salsas y mojos)

0,4 l de vino seco (vino amontillado tipo Fino la Ina o Tio Pepe )

sal

 

Limpiar el boniato y cortarlo en dados. Colocar los dados en una cazuela, cubriéndolos de aceite de oliva juntos con los dientes de ajo sin pelar, el tomillo, la hoja de laurel y los granos de pimienta. La temperatura óptima occila entre los 60 y 70 grados. Cocerlo todo por espacio de unos 30 minutos o en su defecto hasta que esté totalmente cocido. Retirarlos con una espumadera y poner sal a gusto.

Los lomos de bacalao, ponerles sal a gusto, pasarlos por la harina y en una sartén previamente calentada con solo un chorrito de aceite de oliva, comenzar a freír por la piel a una temperatura media. A los 4 minutos aproximadamente, darles la vuelta.

Hacer un sofrito (la receta se encuentra en el apartado Salsas y mojos).

Colocar el vino seco en una cazuela pequeña. En cuanto se haya reducido a la mitad, agregar el sofrito. Dejar sólo unos minutos para luego triturar todo muy bien. Agregar un poco de agua en caso de quedar muy espeso.

He utilizado como garniture chips de ajo y filetes de limón criollo.

 

Recomendaciones

No poner sal al boniato hasta quedar confitado – la sal seca y el proceso de confitado pretende mantener jugosa la verdura.

Para un óptimo resultado en el proceso de confitar, si se tiene una cocina eléctrica, trabajar solo al no 1, de contar con gas, a una llama muy baja.

Garbanzos con bacalao y espinaca

4 Ene

Garbanzos con bacalao y espinaca

Hace tiempo se comía esto en cuaresma. De hecho, en una vieja receta de cocina cubana, aparecen como potaje de cuaresma. Yo tuve el gusto de cocinarlos en Cataluña, al menos una versión más simple que esta. Creo que fuera de cuaresma también van muy bien, por ser saludables y de buen sabor. Los vegetarianos, con solo prescindir del pescado tienen un plato más.

 

Caldo de pescado

Las espinas del bacalao

1 cebolla

1 puerro, solo la parte blanca

1 zanahoria

1 chirivia

Cocer las espinas de pescado con las verduras previamente cortadas en trozos medianos. Después que rompe a  hervir, sacar la espuma que desprende, clarificando el caldo. No pasar de los 20 minutos luego de que comiencen a hervir.

 

Garbanzos

400 g de garbanzos

300 g de bacalao

4 tomates

1 cebolla mediana

4 dientes de ajo

1 pimiento rojo

2 zanahorias

1 calabaza pequeña

2 papas, porte medio

1 boniato

300 g de espinaca fresca

aceite de oliva

1 hoja de laurel

pimienta blanca

sal

Poner en remojo los garbanzos la noche anterior. Cambiarles el agua y cocerlos. Si es en olla de presión, 20 minutos después que suene la válvula de presión ya que deben estar casi blandos. De lo contrario, en olla normal, tardan unos 40 minutos. Retirar esa agua y dejar solo los granos.

Hacer un sofrito del ajo, la cebolla y el pimiento. Cuando el sofrito esté listo, unirlo con los garbanzos y el caldo de pescado, llevándolo nuevamente al fuego.

Cortar todas las verduras restantes, menos las espinacas, e incorporarlas a la cocción con la hoja de laurel, pimienta blanca y sal.

Cortar el pescado en trozos pequeños, incorporarlos al potaje cuando las verduras estén listas, poner sal y pimienta a gusto. Antes de retirar, añadir las espinacas  a las que les viene muy bien un poco más de aceite de oliva.

Los garbanzos, como todos los granos, podemos cocerlos y la parte que no vamos a comer, la podemos congelar. De esta forma tenemos granos blandos y somos conscientes con el medio ambiente  además de ganar  tiempo en la cocina.

Croquetas de bacalao

3 Ene

Croquetas de bacalao

Maruja vino de Asturias con la emigración republicana. Trajo consigo varias recetas, entre ellas las croquetas. Mis comienzos en la cocina fueron ayudando a Maruja con sus croquetas, creo que de ahí afloro la vocación.

Las croquetas de mi casa, siempre fueron famosas. Todos mis amigos se querían apuntar cuando mi abuela Maruja hacía croquetas, que luego pasaron a ser las de mi madre y en la actualidad son las mías. A las que se apunta toda mi familia.

Las croquetas, cuánto sacrilegio se ha cometido en su nombre. No hay comida más desagradable cuando está mal echa, para todos los cubanos es conocida la frase. Se pegan en el cielo de la boca. Pero resulta que nos gustan tanto. Que mi amigo Raúl en Estocolmo un día me dijo, extraño las croquetas cubanas, esas que se pegaban al cielo de la boca, pues lo invité a mi casa a provar las mías y segun él, le di un tour por el cielo con mis croquetas.

Las de hoy son de bacalao. Yo pensaba dar hoy la receta de las de jamón, pero es un poco diferente, o al menos como yo las hago, pues reservo las de jamón para otra receta.

180 g de bacalao

150 g de harina

100 g de mantequilla

100 g de pan rallado

4 huevos

2 cebollas

2 puerros

1 zanahoria

1 ramillete de perejil fresco

0,5 l de leche

0,5 l de caldo de pescado

nuez moscada

pimienta blanca y sal

Hacer un caldo de pescado, con el bacalao, la zanahoria, 1 puerro, cortados en trozos. El caldo de pescado, luego de romper a hervir, no debe pasar de los 20 minutos, pues de lo contrario, puede amargar.

Retirar el pescado, filtrar el caldo, para utilizar 0,5 l.

Pelar y cortar bien fino las cebollas y el puerro restante, sofreir en la mantequilla a fuego lento, adicionar la harina cuando la verdura esté dormida, comenzar a remover a fuego muy lento, agregar el caldo de pescado y la leche, con la nuez moscada, sal y pimienta a gusto. Seguir removiendo muy lentamente con una cuchara de madera. Cuando comience a tomar consistencia, poner el pescado, seguir removiendo. Sabemos que está casi listo cuando comienza a despegarse del fondo y las paredes de la cazuela. Agregamos bastante perejil bien cortado.

Antes de sacar la masa, provarla, no debe saber a harina, debe tener una consistencia casi compacta. Estirar en una fuente, dejar que tome temperatura ambiente antes de llevar al frio por lo menos 2 horas, lo optimo es de un día a otro.

Batir los huevos con un poco de sal. En un recipiente harina, en otro pan rallado. Comenzar por la harina, luego el huevo y por último el pan rallado. Con la ayuda de una cuchara salen mejor. Mojarnos las manos nos ayuda para trabajar mejor.

La masa es muy recomendable hacerla en la cazuela más ancha que tengamos y que su base sea gruesa.