Plátanos en tentación

2 Nov

Plátanos en tentación

Hace unos días, Juan Carlos Caballero, el autor de SalonCubano.com (página de Facebook) promocionó una grabación de Guillermo Álvarez Guedez (el humorista cubano ya fallecido). El monólogo trataba de la cultura cubana y de nuestra forma de comer en la emigración, más concretamente en Miami. El monólogo – como todas las cosas de ese gran maestro del humor – a mi me produjo una risa que casi lloré, pero a su vez mencionó, entre otras cosas, algo tan sencillo como los platanitos en tentación, encendiendo mi bombilla culinaria.

Álvarez Guedez fue, al menos para mi gusto, el mejor humorista de todos los tiempos. Fue tambien vecino de mi familia en Cuba. Mi madre contaba que bajaba a la piscina del edifico Río Mar a contar chistes. Eso, como siempre digo, se lo dejo a los cronistas.

Doy gracias a Juan Carlos por promocionar  a ese mostro del humor cubano. A ti maestro, donde quiera que estés, te envío nuestros platanitos en tentación para darte un poquito de dulzor, ya que cuando te escuchábamos de forma casi clandestina en Cuba me distes tantas alegrías en vida.

 

4 plátanos bien maduros

100g de mantequilla

6 cucharadas de azúcar prieta (azúcar morena)

2 ramas de canela

1 cl de ron añejo

1 cl de vino seco (vino tipo amontillado)

3 cucharadas de azúcar blanca (opcional)

1 cucharada de canela molida (opcional)

 

Pelar los plátanos. Fundir la mantequilla en una sartén o cazuela grande. Colocar los plátanos y el azúcar prieta con las ramas de canela. Bajar la temperatura a fuego medio. Acto seguido agregar el vino seco y cocer hasta que los plátanos tomen un color acaramelado. Por último, subir el fuego y adicionar el ron. Seguir la cocción por espacio de un par de minutos para que el alcohol evapore y se impregne el sabor del ron.

Servir tal cual o con la opción de espolvorear una mezcla de azúcar blanca con canela en polvo por encima. Ésta última opcíón se convierte más en postre que en guarnición y va muy bien con helado de vainilla.

Flan de leche condensada y huevos

19 Ago

Flan de leche condensada y huevos

El verano en Escandinavia comienza a expirar. Las vacaciones dicen adiós, pero debo reconocer que fueron fantásticas e intensas. Tuve la oportunidad de conocer a mi sobrino tocayo y es todo un encanto de ser. El reencuentro con mi hermano Yoryi, luego de casi 20 primaveras sin vernos fue especatacular, pero, sin lugar a dudas, lo que quedará grabado en mi para toda la vida ha sido la visita de mi madre a Estocolmo y su clase magistral – o mejor dicho maternal – con mi hija mayor (cómo hacer flan de leche condensada). Lo documentamos y eso queda grabado.

Todo esto es el resumen del precio de un emigrante y la distancia con los suyos, pero mi madre con su flan supo darle dulzura a las emociones fuertes. Hoy he seguido su receta. Ya recibí pequeñas críticas de parte de mi hija: El de la abuela es más sabroso, el caramelo era más rubio… Bueno, lo intentaremos nuevamente y buscaremos ése toque rubio que empasta mejor con el flan de leche condensada de mi mamá.

Normalmente presento en el blog todo el flan y cómo lo serviría en porciones, pero mantengo el flan completo en esta ocasión – es un poco sentir que mi madre está presente en el blog.

 

1 lata de leche condensada

la misma cantidad de leche que contiene la lata de leche condensada

6 huevos

1 cucharadita de vainilla líquida o en polvo

200g de azúcar blanca (para el caramelo)

 

Quemar el caramelo. Cuando tenga un color rubio intenso, colocarlo en el molde con mucho cuidado.

En un recipiente, abrir los huevos, adicionar la leche condensada. La leche de vaca, pasarla primero por la lata de leche condensada. Colocar la vainilla. Batirlo todo ligeramente rompiendo los huevos.

Cuando el caramelo del molde tome temperatura ambiente, incorporar la mezcla a este.

Con el horno previamente preparado a 175 grados, poner el molde sobre una bandeja de hornear profunda, con un trapo de cocina en su base. Por último colocamos agua en la bandeja hasta la mitad del molde del flan. De ésta forma cocemos a baño maria por espacio de 30 minutos. Antes de retirar el flan introducimos un cuchillo muy fino o un palillo para ver si sale seco: esta es la señal de que nuestro flan se encuentra listo.

 

Recomendaciones

Tener mucho cuidado con el caramelo

Ostiones

1 Ago

Ostiones

Los ostiones siempre han tenido ese mito de ser afrodisiacos. Unos dicen que sí, otros que no. Lo que sí puedo asegurar es que es un golpe de mar al estómago – divino con una cerveza bien fría.

Mi abuelo materno, Raul Vilá Carratalá, me llevaba a capturarlos en Santiago de Cuba. En la bahía de ésta, en sus manglares, con un machetín los cortaba con el agua casi al cuello. Sacaba de golpe las raíces de mangle rojo llenas de ostiones. ¡Qué tiempos aquellos!

¿Quién me iba a decir que terminaría haciendo honores a esta historia? Los ostiones no son más que un tipo de ostra menor que nace en aguas del Caribe y son una suerte de hermanos menores de la ostra conocida como Fine de claire, que se pueden preparar de muchas formas. La receta de hoy era la más común en las otroras calles de Cuba.

Ostión

12 ostiones

1 limón criollo (lima en Europa)

150 ml de jugo de tomate

pimienta negra fresca molida

pizca de sal

opcional: picante tipo tabasco

 

Abrir los ostiones con la ayuda de un cuchillo de ostras. Vaciarlos con el agua de mar de su interior y colocarlos en un recipiente de cristal. Adicionar el jugo de tomate, el limón exprimido y la pimienta fresca molida. Colocar una pizca de sal. Servirlos en vasos chicos.

 

Recomendaciones

Al abrirlos, tener mucho cuidado y es mejor ayudarse con un trapo de cocina sobre la concha del molusco.

Consumir los ostiones el mismo día de ser extraídos del mar.

Cuidado con adicionar sal ya que se toman con el agua salada del mar.

Frituras de bacalao

13 Jul

Frituras de bacalao

Nunca cocinaconconcuba había tenido una pausa tan prolongada como ésta última. La causa se debe a  la visita de la autora de mis días, mi hermano George y mi sobrino Douglas. Como era de esperar, los días estuvieron más dedicados al reencuentro familiar que otros menesteres. Sucede que mi hermano no ha dejado de ser el aventurero que siempre fue: con solo dos semanas en Estocolmo se escapó dos días a Noruega, tierra con la que siempre soñó por tema de la Kon-Tiki. En su visita a Noruega fue recibido por una gran amiga de mi madre, Reglita, que nos envió bacalao como Dios manda: salado y de primera calidad. Por mi mente pasaron miles de ideas, algo como el Bacalao con miel que hice en España, Aporreado de Bacalao con Boniato, darle la vuelta a la famosa brandada de Bacalao catalana… pero las frituras se impusieron. Los dejo – gracias a Regla – con unas frituras. En un futuro trabajaré con más bacalao, que pudiera ser hasta con pan, como decía Iraquere. Que tengan todos un buen verano, sean felices y coman bacalao.

 

250g de bacalao salado

2 huevos

100g de harina de trigo

2 dientes de ajo

1 cucharadita de polvo de hornear

1 ramillete de perejil

0,5L de aceite de girasol o colza

 

Poner a desalar el bacalao en agua fría por espacio de 12 horas. Suelo cambiarle el agua una vez, retirar y escurrirlo bien para luego desmenuzarlo en hilachas bien finas.

Tamizar la harina, agregarle el polvo de hornear, los huevos previamente batidos y adicionarle 100ml de agua bien fria, batiéndolo bien. Adicionarle los dientes de ajo previamente cortados bien finos y el bacalao bien exprimido. Por último añadir el ramillete de perejil muy bien cortado, removerlo todo y calentar el aceite en una sartén grande. Freírlas con la ayuda de unas cucharas, dándoles forma y retirarlas con una espumadera situándolas sobre papel absorbente.

Panna cotta con mango

30 May

Pannacotta de mango

Hace unos días, la vida nos pasó una mala jugada. Alguien que estuvo muy ligado a mi juventud nos dejó. Nos dejó el autor de Para Barbara , En este barrio y, a mi gusto, el mejor interprete de India. Adiós Santiago, yo seguiré cocinando y escuchándote.

En casa de mi primo, Raúl Vilá, conicidíamos mucho, pues mi antiguo oficio de productor artístico y diseñador de iluminación nos llevó a trabajar juntos. Mi tía Elina, quien ya he mencionado en este blog entre otras cosas por su aporreado de pescado, invitó un día a comer a Santiago. Con la humildad que le caracterizaba aceptó, pero dejando claro que solo comía con cuchara. Sabíamos mi primo y yo que esto a la tía no le agradaba, pues es bien dada a las normas de un correcto comenzal. Sin embargo, un huésped es un huésped y esto prima. Para mi fue toda una liberación, pues yo también adoro comer con cuchara. A partir de ese momento, Santi fue un poco mi héroe particular y su manera propia de comer tuvo para mi tanto peso como su forma tan acústica de tocar su guitarra. Es por eso, entre otras cosas, que todavía te recuerdo y donde quiera que estés, te envío una panna cotta con mango, que va muy bien con una cuchara.

 

0,5 L de nata líquida

1 pistilo de vainilla

50g de azúcar blanca

6g agar agar (equivalente a 2 tiras de gelatina)

200g de mango

 

Poner la nata en un una cazuela a fuego medio, con el azúcar y el pistilo de vainilla previamente desprovisto de su interior. Al lograr el punto de ebullición, lo dejamos cocer a fuego lento por espacio de unos 5 minutos. Lo retiramos del fuego y en cuanto haya bajado de temperatura, adicionamos el agar agar, removiendo bien.

Situamos la panna cotta a temperatura ambiente en el envase que vamos a presentar dentro de la nevera por espacio de unas 2 horas.

La fruta la batimos bien en con mixer manual o estacionario y la colocamos encima de la panna cotta fría.

Croquetas de jamón

12 May

Croquetas de jamón

Los cubanos con las croquetas  tenemos una relación unica. Hace poco, un amigo sueco me preguntó qué tenemos los cubanos como fast food. Sin lugar a dudas, un ejemplo son las croquetas. En conversaciones con cocineros de Suramérica quedé sorprendido,  pues no conocían las croquetas. Creo que en Cuba – al ser la primera colonia de España y luego la última en liberarse – la influencia gastronómica ha calado. Como otras tantas cosas, tanto es así que la primera línea de ferrocarril española del mundo se hace rodar en tierra cubana y no de Barcelona a Mataró como muchos creen. Éste último fue el primer ferrocarril en la península ibérica. En un tren de Habana a Santiago, comí unas croquetas espectaculares. Hay que reconocer que ésta comida nos llegó de España, aunque en Cuba sean asumidas como propias.

 

150g de harina de trigo

1 cebolla

400g de jamón serrano

0,5 L de leche entera

0, 5 L de caldo de jamón

nuez moscada rallada fresca

40g de pan rallado

3 huevos

un chorro de aceite de oliva

 

Limpiar y cortar la cebolla en brunoise. El mismo corte se lo aplicamos al jamón.

Jamón para las croquetas

En una cazuela de doble fondo o fondo grueso sofreímos la cebolla con un chorrito de aceite de oliva. Cuando la cebolla quede bien dormida, seguimos con el jamón y acto seguido colocomos 100g de harina. Removiendo constantemente, adicionamos la leche y el caldo de jamón  a su vez la nuez moscada. Seguimos removiendo. El mejor indicador de que la masa se encuentra lista, es cuando comience a despegarse de las paredes de la cazuela y del fondo.

Retiramos la masa llevándola a un recipiente llano, estirándola. Cuando tome temperatura ambiente, la tapamos con papel film, llevándola al refrigerador donde la  dejamos enfriar mínimo un par de horas.

Comenzamos el proceso de empanizado que consiste en pasar las croquetas por harina, huevo batido y por último pan rallado, dándole su forma característica con la ayuda de las manos.

 

Recomendaciones

Para el paso final – el momento de freír las croquetas – el aceite debe estar bien caliente y abundante.

No he utilizado sal, pues el jamón suele estar bien salado.

Sofreír el jamón primero intensifica su sabor.

En caso de que la masa no nos quede compacta, adicionar de poco a poco algo más de harina.

 

Boniatillo

28 Abr

Boniatillo variedades

“Cómprame boniatillo” cantaban Pototo y Filomeno, dos cómicos cubanos inigualables. El boniatillo tiene dos formas básicas de elaborarse: una es tipo natilla, un postre más de mesa. La otra – que presento hoy en forma de bombones – es la típica versión que se le podía comprar a los vendedores ambulantes en Cuba, escuchando su pregonar en la época en que la isla cantaba y baliaba al compás de los pregones. Estos últimos están en peligro de extinción. Las dos versiones de boniatillo tienen un hermano ancestral – el matarrabia – pero a su vez todos son tan cubanos como Aníbal de Mar y Leopoldo Fernández, los auténticos creadores de Pototo y Filomeno. Con su inmortal boniatillo.

 

1 kg de boniato amarillo

300g de azúcar blanca

2 cucharadas de licor de anís del Mono

50g de coco rallado

50g de azúcar glacé

50g de cobertura de chocolate rallada del 70%

50g de cardamoma

50g de canela en polvo

 

Pelar y cortar el boniato en dados. Cocer a fuego medio hasta que esté blando. Llevarlo a un colador, dejarlo escurrir bien y colocarlo nuevamente en un recipiente con 200g de azúcar blanca y el anís. Remover muy bien logrando una textura tipo puré sin grumos.

Colocar la masa en un recipiente tapado en el frío de un día para otro. Al día siguiente realizamos bolitas del mismo tamaño que albóndigas y las pasamos o por la ralladura de coco, el azúcar glacé, el chocolate. A la canela y la cardamoma, les añadimos 50g de azúcar a cada una respectivamente.

boniatillo coco boniatillo azúcar glacé boniatillo chocolate boniatillo canela boniatillo cardamoma

Las versiones originales se hacen con ralladura de coco o azúcar glacé. He querido aportar nuevos sabores y a mi mujer le encanta la combinación del boniato con la canela.

 

 

Matajíbaro

31 Mar

Matajíbaro porción Matajíbaro

El matajíbaro pertenece a ese grupos de platos que andan en peligro de extinción. El hermano mayor del fufú, se dice que proviene de África, que era comida de negros cimarrones escapados de sus dotaciones y otras cosas más, pero como ya he comentado en otras entradas, lo mío son los fogones – la historia se la dejo a otros.

Una cosa es segura: es un plato de ésa región de Cuba de donde son los tinajones,tienen una compañía de ballet clásico de un nivel espectacular y en las calles se baila al compás de Adalberto y su Son. Hay quien afirma que las mujeres más lindas de la mayor de las antillas son de Camagüey. Sobre ésto último, yo coincido con Benedetti: hay mulatas en cada punto cardinal. Pero matajíbaro como el de Camagüey no hay dos.

La versión que presento es propia. Hay otra variación, en la que se fríen los plátanos. Ando en una onda saludable y trato de reconducir un poco nuestra cocina en esa línea. He sustituido la manteca de cerdo por aceite de oliva y adicionado un tomate. La gran diferencia entre el matajíbaro y el fufú es que en el matajibaro todo se muele y en el fufú no.

 

2 plátanos machos verdes (plátanos de cocina)

1 plátano macho pintón (ni maduro ni verde)

200g de panceta de cerdo

1 dl de aceite de oliva

1 pimiento rojo

1 tomate maduro grande

1 cebolla de porte medio

4 dientes de ajo

1 cucharada sopera de vinagre blanco

2 hojas de laurel

6 granos de pimienta blanca

comino molido

sal

 

Comenzar lavando los plátanos con su cáscara, cortarlos en tacos como para hacer tostones. Hervirlos con el laurel, dos dientes de ajo y los granos de pimienta hasta que se encuentren blandos.

Matajíbaro proceso

Cortar toda la verdura bien fina y la carne en trozos pequeños. Comenzar en una sartén previamente calentada con un chorrito de aceite de oliva por este orden: el ajo, el comino a gusto, la cebolla y el pimiento. Seguir con la carne, removiéndolo todo y por último el tomate. Cocinar a fuego lento y retirar. Pelar los plátanos y colocarlos en un recipiente junto con el sofrito y la carne. Apisonar un poco con la ayuda de una espumadera y poner vinagre y sal a gusto.

Pasarlo todo por una máquina de moler. Calentar nuevamente una sartén con unas gotas de aceite de oliva y colocar la masa para dar una forma elegante y tratar de obtener una superficie dorada.

 

Lomo de bacalao, reducción de vino seco con sofrito y boniato confitado

15 Mar

Lomo de bacalao con reducción de vino seco y boniato confitado

Uno de nuestros platos tradicionales es el aporreado de bacalao con boniato hervido. Las pencas de bacalao salado que recibían los esclavos con el boniato salcochado desembocaron en este plato y otros más. Como cambian los tiempos, el bacalao tiene un precio casi prohibitivo y el boniato es más caro que una zanahoria o una papa. He querido darle a éste plato unos toques algo más gourmet, manteniendo ingrededientes de su receta inicial. Utilizo la técnica de confitar por primera vez en el blog, algo que va un poco con la cocina más profesional y no tan doméstica, por darle una vuelta de rosca a la forma de consumir el boniato. De igual forma utilizo el sofrito como salsa, con la idea de mantener sabores de la receta original.

 

720g de lomo de bacalao fresco (porciones de 180g)

400g de boniato

0,5 L de aceite de oliva

4 dientes de ajo

50g de harina de trigo

1 ramillete de tomillo seco

1 hoja de laurel

8 granos de pimienta negra

(Ingredientes para el sofrito: mirar la receta en el apartado Salsas y mojos)

0,4 l de vino seco (vino amontillado tipo Fino la Ina o Tio Pepe )

sal

 

Limpiar el boniato y cortarlo en dados. Colocar los dados en una cazuela, cubriéndolos de aceite de oliva juntos con los dientes de ajo sin pelar, el tomillo, la hoja de laurel y los granos de pimienta. La temperatura óptima occila entre los 60 y 70 grados. Cocerlo todo por espacio de unos 30 minutos o en su defecto hasta que esté totalmente cocido. Retirarlos con una espumadera y poner sal a gusto.

Los lomos de bacalao, ponerles sal a gusto, pasarlos por la harina y en una sartén previamente calentada con solo un chorrito de aceite de oliva, comenzar a freír por la piel a una temperatura media. A los 4 minutos aproximadamente, darles la vuelta.

Hacer un sofrito (la receta se encuentra en el apartado Salsas y mojos).

Colocar el vino seco en una cazuela pequeña. En cuanto se haya reducido a la mitad, agregar el sofrito. Dejar sólo unos minutos para luego triturar todo muy bien. Agregar un poco de agua en caso de quedar muy espeso.

He utilizado como garniture chips de ajo y filetes de limón criollo.

 

Recomendaciones

No poner sal al boniato hasta quedar confitado – la sal seca y el proceso de confitado pretende mantener jugosa la verdura.

Para un óptimo resultado en el proceso de confitar, si se tiene una cocina eléctrica, trabajar solo al no 1, de contar con gas, a una llama muy baja.

Ensalada de pollo

3 Mar

Ensalada de Pollo

Una ensalada de éste tipo, o al menos muy similar, se servía en los Ten Cent* de La Habana. Recuerdo que la servían con una boleadora de helados en un plato con algo de verduras y unas tostadas. Era toda una delicia para ese calor intenso que suele tener La Habana. Los Ten Cent de La Habana fueron para mi el primer encuentro de lo que en los tiempos modernos se denomina cocina abierta. Era todo un lujo ver trabajar a aquellas mujeres – pues fue básicamente el sexo femenino que dominaba sus cocinas – con esos aparatos de color metálico y esas butacas rotatorias que se podían subir a la altura necesaria. Era gracioso hacer la cola detrás de otro cliente y tratar de coincidir con mis hermanos y mi mamá para poder comer juntos.

 

2 pechugas de pollo

4 dientes de ajo

2 hojas de laurel

unos granos de pimienta negra

1 cebolla (de porte mediano)

1 cucharada de puré de tomate

1 ml de vino de Oporto

4 hojas de lechuga

sal

mayonesa – preferiblemente casera**

verduras a gusto

tostadas

 

Cocer las pechugas con los dientes de ajo, los granos de pimienta y las hojas de laurel. Retirar y esperar que tome temperatura ambiente. Desmenusar con las manos, tipo hilachas.

Pelar y cortar la cebolla tipo brunoise, o sea en dados bien pequeños. Lavar las hojas de lechuga y cortarlas tipo juliana, bien finas.

En un recipiente colocar el pollo deshilachado junto a la mayonesa, el puré de tomate, el vino, la cebolla y la lechuga. Remover bien y poner sal a gusto.

 

*Ten Cent: Una cadena de tiendas en La Habana entre las decadas de los 50 y 60.

** La receta se encuentra en el apartado «Salsas y mojos«